Vino y Consolación

Ansiedad, te di piso. Esta entrada es de esas que escribo sin medicarme pero siendo fielmente medicada. ¿Me entiendes?

"En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,Tus consolaciones alegraban mi alma." (Salmo 94:19)

Creo que sí. Antes de llegar la ansiedad a coquetear con desgracias futuras nuestra existencia, Dios ya había equipado la creación que somos con un beneficio que trae alivio a nuestras preocupaciones y dolores. Creo que este beneficio (y no digo beneficio como para leerme interesada, sino por su definición en sí) es un escudo espiritual importante y accesible a todas (y todos) las que nos vestimos de fuerza y honor, a todas las que nos reímos del por venir. (Prov. 31:25)

La Consolación de Dios.

Hablemos claro, cuando los pensamientos de ansiedad quieren vencer, lo primero que hacemos es caer en la red de la desilusión y desesperanza. Cuando llenamos la mente de pensamientos negativos, la tendencia es alejarnos y apartarnos de la presencia, por ende, consolación de Dios. Es entonces, en desesperación y como última opción, que muchas ocasiones acudimos a Él.

¿Porqué abrimos la Biblia en aquellas promesas que consuelan, sanan y dan esperanza como última opción?

What did Jesus say (do)?

31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. (Mateo 6:31-24)

Suena la alarma.

Son las 5:30 am.

Primer pensamiento: "¡Quiero dormir más!"

Segundo pensamiento: "¡Pero me tengo que levantar!"

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Tercer pensamiento: ----> Bueno este es el decisivo. Este es el punto en el que maldices o bendices tu día. Este es el momento en el que buscas el reino y su justicia o simplemente decides despellejarte emocional y espiritualmente.

 Del afán y la ansiedad

22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. 23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? 

25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo?26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?

27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. 28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? (Lucas 12:22-28)

Pescozada de amor: ERES MUJER DE POCA FE. Vuélvenos a abofetear please. Sin fe no hay cumplimiento de promesas, sin fe no podemos recibir la consolación de Dios.

Para terminar con esto me fui a Filipenses 4:6:

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias."

PETICIÓN | ORACIÓN | GRATITUD

¿Cuál es el antídoto para todo este asuntico con la ansiedad? La verdad es que en palabras está chillin y se lee tan bonito... pero en vida (en acción) no es tan chillin. Es bien doloroso. Es quebrantar el ego que te define para construir tu identidad en las promesas celestiales. 

#BOOM

¿Qué?

La petición tiene que ir agarrada de la fe, y en súplica y oración pedir con un corazón agradecido. Sólo así hermosa criatura terrenal y celestial, sólo así: VENCEREMOS LA ANSIEDAD.

RUEGO AL SEÑOR para que, tanto tu y como yo, podamos recibir el VINO NUEVO QUE TRAE LA ÉPICA CONSOLACIÓN DE DIOS.